jueves, 26 de marzo de 2009

Vive el futuro…


¿Cómo serán las ciudades del futuro?
Según los datos del INE, en 2059, cuarenta años desde el año vigente, 52.563.936 personas poblaremos España. El pasado año 2008 se cerró la cifra en 46.157.822 españoles. La evolución demográfica evidentemente nos incita a plantearnos qué ocurrirá con la humanidad en el futuro, cómo viviremos, cuáles serán esos nuevos inventos que mejoren nuestras vidas, cómo serán las casas del futuro…
Ya en la actualidad, se presentan ejemplos de estas innovaciones que suponen tantas incógnitas. Desde el comienzo del urbanismo se buscó construir edificios de varias alturas en lugar de casas bajas para aprovechar el alto coste del terreno urbano (especialmente en el centro de las grandes ciudades). Ahora ya todo el centro está construido. La periferia se colapsa tratando de albergar a todas las personas que no logran encontrar su hogar en más de 50 m2. Las casas son cada vez más pequeñas y están cada vez más juntas, cada vez existe menos espacio libre…
En este contexto es en el que aparece una de las posibles formas de vida del futuro. El artífice es el arquitecto Andrés Jaque y su propuesta la denomina la “Tupper home”, en clara alusión a las tarteras que todos utilizamos para transportar nuestro almuerzo o para llevarnos las “sobras” de las bodas. Pero el significado de tupper que el arquitecto propone se asemeja más al “confort del alimento familiar”, a ese sentimiento hogareño de la comida recién preparada por nuestros seres queridos. El diseño de la casa, ubicada en la Gran Vía de Madrid y que le ha hecho merecedor del Premio Mies Van der Rohe, distribuye 30 m2 en dos dormitorios (en los que cabe una cama de 140cm y un armario) a los que se accede por una escalera que se desliza; y un pequeño espacio que ejerce la función de sala de estar. Su apariencia externa se asemeja a la de un invernadero, ya que está construida con materiales ligeros (tales como PVC o metacrilato). Muy moderna y totalmente adaptada a la vida que nos espera en el futuro.

Relacionado con este ámbito urbano y con el concepto de “ciudad futurista” surge la Ciudad Solar Pichling en Austria, diseñada como modelo de reducción del impacto medioambiental y el consumo energético. Es decir, una ciudad que persista sin depender de materias primas u otros recursos agotables.
Subvencionada por la Unión Europea, Linz, la capital de Alta Austria verá florecer 1500 pisos, construidos mediante “métodos de bajo consumo energético y costes adaptados a los de la vivienda social”. Su principal característica y aquello que la convierte en objeto de admiración y elogio es la utilización de energías renovables, imprescindibles en un futuro no tan lejano.

Con el actual consumo energético, parece claro que haya que plantearse una solución que adecue el gasto a las previsiones próximas. La mayoría de países desarrollados y principales consumidores de energía ya son conscientes y ello ha llevado a la convocatoria de una nueva cumbre en Nueva York el 29 de marzo de 2009. El objetivo de esta reunión mundial es debatir las implicaciones que tendrá el cambio climático y las posibles soluciones o formas de abordar el problema por parte de las empresas.
El cine ya se ha encargado de hacernos llegar una visión de cómo será el futuro; y es que a todos nos gusta tumbarnos, imaginar y divagar sobre lo que no está a nuestro alcance. Podemos destacar en el ámbito del futuro del ser humano en las ciudades la producción Hollywoodiense “El día después de mañana”[1], que nos presenta un mundo contaminado y la lucha por la supervivencia humana en la que fue una de las principales metrópolis mundiales.
El objetivo final de todas estas innovaciones en el ámbito urbano es lograr el desarrollo de la vida humana compatible con los recursos existentes para evitar la construcción masiva y un urbanismo desestructurado. Es más bien la búsqueda de un mejor aprovechamiento del espacio existente en perfecta armonía con el planeta.
[1] EMMERICH, Roland. The day after tomorrow. 2004. USA.

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